domingo, octubre 04, 2009

El tiempo

Desde hace algunos años dejé de usar reloj y el tiempo ha pasado más rápido. Usar dos dígitos para referirte al número de años en que sucedió algo importante en tu vida me hace prensar que estoy envejeciendo. Los años se fueron incrementando, de un par a cinco, siete y ahora once, doce o trece. Quince años es la mitad de esta vida y una cuarta parte de la esperanza general de la población. ¿Entonces por qué sentirse viejo? Viejo ahora que la inexactitud del tiempo tiene aires hedonistas y, con ello, trae las rápidas consecuencias de perderse de mucho si uno se detiene a pensar en el tiempo. Mejor será dejar que fluya sin prisa y sin detenerse, campechanamente, a mirar como pasa sobre los hombros su incesante recorrido. Al fin y al cabo hoy tengo el ánimo de sentir el viento en mi rostro y la fría lluvia en mi cuerpo, pero, sobre todo, hoy siento la vida ab imo pectore...

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