lunes, diciembre 02, 2013

Dos

Puedo recordar aún mucho de ti. Puedo, sí, como tanto de ti dejaste plasmado en quién soy ahora. Puedo imaginar aquello que no sucedió. Puedo incluso construir un mundo entero alrededor. Puedo verte reír aún y escuchar tus carcajadas poco discretas conmigo y silenciosas con los demás. Puedo mirar todavía tus ojos que miraban con un ansia revelada por ver los míos, por entrecruzarse en el camino después de tantos años en los que apenas tímidamente tropezaban de vez en cuando. Puedo encontrarte en mi mente y saber que lo que fuimos no fue obra de la casualidad, que estuvimos ahí para recorrer un camino y los pasos de entonces se sintieron tan ligeros que nunca cansaron. Puedo hacer una antología de ti, ciertamente puedo.

Ahora, a la distancia del tiempo, me miro así, descubierto del alma, desnudo ante mis ojos, impúdico y común, seguro de seguir andando. La finitud nos alcanzó en cualquier día a cualquier hora. Llegó para regalarnos algo a ambos; a ti, el regalo infinito y magnificente de la eternidad; a mí, el maravilloso don de aprender a mejor vivir. Pensé que el precio era alto ante tu partida, pero recorrer con pasos solitarios esa etapa me enseño que el esfuerzo valió la pena. Te sé cercana, porque siento tu presencia esas veces que lo necesito. Más que nada en el mundo, te agradezco, por enseñarme lo valioso de compartir, por regalarme cosas tan bellas y darme el valor para seguir viviendo.


Simplemente, gracias.

lunes, julio 15, 2013

Breve ensayo del amor

No te pedí promesas ni las ofrecí, porque sé que muchas de ellas se convierten en compromisos obligados. Por convicción compartí mis pasos con los tuyos, sin reservas, sin incertidumbres ni zozobras. Los tuyos, tímidos al principio, andaban con cautela pero con la confianza del suelo firme una vez apoyados. Sabías quién era entonces y quién soy ahora. Conocía tus ojos, a veces dispuestos, a veces ocultos bajo el velo del dolor, igual que los míos; ojos de humanos que habían vivido su historia para aprender de ella, para vivir en ella, para luchar por ella. Supe de ti y me mostré como siempre, como desde que nos encontramos después de aquellos vuelos dispersos con otras personas, otros ambientes, otras experiencias. Coincidimos entonces en la soledad compartida y fue maravilloso el encuentro, recorríamos sin prisa el mundo y éramos bien recibidos. Escribimos tantas historias juntos sin usar la tinta y el papel. Aceptamos lo bello y lo oscuro, lo que nos atemorizaba y nos engrandecía, admirábamos nuestra fuerza y consolábamos nuestros dolores. Encontramos calor en el abrazo y tranquilidad al escucharnos. Jamás busqué cambiarte y fue un placer compartirte siempre mis ideas y opiniones, las complejas y las simples. Me alienabas cuando tú también lo hacías y aceptabas mis defectos; no buscábamos ser perfectos, simplemente humanos. Nos supimos frágiles, vulnerables, nos vimos caer y levantarnos y había una mano al lado que tomar en cada momento. Entendía que amar es acompañar honestamente, como eras, como soy, nos encontramos en el tiempo, tiempo fugaz que era lo único que nos dejaba ansiosos por acompañarnos más. Entendí que amarte era amar.

lunes, junio 24, 2013

«¡Qué lejos estamos!», suspiró.
«¿De qué?»
«De nosotros mismos»

martes, mayo 21, 2013

Deserción

Un día desperté sintiéndome satisfecho...
Tan efímero momento que hoy veo lejano.
No quise ambicionar, no más allá.

Veo el tiempo tan fugaz
que se llevó consigo una vida.
Veo ojos cerrados detrás del cielo inmenso.

Aún siento y deseo un momento
que no se ha fundido en inventos,
y el sueño termina sin vigilia.

Muero, sí, si no hay más andanza.
Muero de ti; mueres de mí.

Sin ímpetu ni ánimo,
sin letras desalmadas,
sin frases dichas,
sin palabras entre líneas.

Sevicia neuronal
de ideas insensatas.
Todo fuera de mí.

viernes, abril 12, 2013

Hablaste... a mí.

No vi ni te encontré.

Lo siento...

Sinceramente.

viernes, abril 05, 2013

Y...

Y el mundo cambió...
Mi mundo cambió...
Y el tuyo, también, cambió...

lunes, febrero 25, 2013

He escrito y borrado tantos párrafos que tal vez ya no tenga nada que decir...

Algo se fue.

¿Lo tomó alguien acaso?

Nada que decir.

No, por ahora...