lunes, diciembre 06, 2010

Ausencias

La ausencia prolongada puede dejar tantos espacios vacíos, tantas palabras rotas y ocultas tras bambalinas. A veces es posible escribir lo que en la mente está y, sin embargo, el tiempo es la perfecta excusa para evitarlo, para asumir el contacto tácito. Cerca de mí están las presencias oníricas que desafían con el insomnio abrupto las noches frías, alterando el descanso, retorciéndose entre las cobijas, penetrando en mi atención. Es justo el momento en que callo sin disimulo, cuando la vehemente fuerza de sus imágenes indomables se recuesta a mi lado para acompañarme en la vigilia prematura, como si fuera el estigma por los minutos caídos en el silencio y la forma más inadvertida de ser obvio y transparente. Sin otro motivo la ausencia de letras, de vez en cuando, da tregua y parte de aquí, del espacio que difumina la realidad intermitente.